jueves, 14 de agosto de 2014

La exportación de minerales confronta problemas

Los informes provenientes del Instituto Nacional de Estadísticas INE tiene cifras interesantes, por ejemplo señala que al primer semestre de este año el valor de las exportaciones se incrementó en 6,86 % en relación a similar periodo del pasado año, correspondiendo ese impulso a las ventas de gas natural a mercados externos, pero además por un mayor volumen de ventas de la industria manufacturera que desplazó a la venta de minerales.

En la parte que nos interesa, la exportación de minerales, al cierre de la primera mitad del año bajó en 4,92 % en comparación a similar periodo del año 2013. La causa concreta es la disminución en la venta de varios minerales, el caso del oro, la plata, antimonio y también el estaño, este último que alimenta a las principales minas del sector estatal y cuyo descenso en precio y volumen de explotación puede causar problemas en la economía de los centros mineros con miles de asalariados; otros minerales de producción permanente como el zinc, plomo y wólfram repuntaron levemente en precios y pueden compensar las tribulaciones de algunos sectores mineros, el caso de la minería chica y de algunas cooperativas.

En el conjunto de hechos, la producción minera nacional, digamos la tradicional confronta problemas desde dos años atrás cuando comenzó el descenso de los precios, aunque se produjo un "sube y baja" de esos valores en los mercados externos, predominando empero el bajón de precios que persiste al presente y es parte de la preocupación de autoridades del área minera, pero también de los empresarios y protagonistas de los subsectores de la minería boliviana.

Según analistas del sector, hay varios factores que inciden poderosamente y negativamente en los proyectos mineros, debido a condiciones exógenas por la competencia industrial en las potencias que implican por periodos una mayor adquisición de commodities o a la inversa una restricción de las compras, lo que se refleja directamente en los precios.



CAMBIO DE ORDEN

Con este problema de las limitaciones en la exportación de minerales, ha cambiado el orden que hasta hace algún tiempo predominaba en el rubro de las ventas de nuestros productos al exterior. Desde que comenzó la producción en grande los hidrocarburos pasó a ocupar el primer lugar que antes ostentaba la minería, que pasó al segundo puesto, aunque en el tiempo presente y por las causas anotadas, las manufacturas ocupan ese lugar y los minerales son el tercer elemento generador de ingresos por exportación.

En la expectativa del proceso económico nacional, se perfilan los proyectos de la "macroindustrialización", especialmente en el caso de los hidrocarburos, pero también en el sector minero con la explotación y transformación del litio, una esperanza para fortalecer la economía boliviana en base al uso de nuestra importante reserva de litio en las salmueras de Uyuni en Potosí y Coipasa en Oruro.



DISTRIBUCIÓN DE

RIQUEZAS

En la perspectiva minera debe considerarse como prioridad la creación de empresas que generen riqueza para que la misma pueda ser distribuida en forma equitativa, igualitaria en todos los sectores sociales del país. El hecho suena como slogan político, pero lo evidente es que pensando en el uso de nuestras riquezas naturales, lo máximo que se espera es el avance positivo de los proyectos, antes que la gran competencia vecina nos complique la situación y disminuya nuestras opciones de percepción económica; y mínimamente que los beneficios por el uso de los recursos que pertenecen a todos los bolivianos les sean útiles porcentualmente y respetando esa condición elemental de más ingreso para las regiones productivas.

Hay que tomar en cuenta los diferentes informes que surgen en entidades que trabajan en las referencias de políticas económicas y programas financieros, que toman en cuenta por ejemplo, el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) y que reporta indicadores mensuales midiendo el desarrollo económico nacional, estableciendo que en el lapso de un año, enero 2013 a febrero 2014 la economía boliviana mantuvo un crecimiento por encima del 6 %, aunque desde marzo del año en curso descendió de 5,61 a 5, 24% en mayo pasado.

El fenómeno no es preocupante para la autoridad que maneja las finanzas del país, cuando señala que la reducción del crecimiento se debió a tres factores, uno el que corresponde a la poca inversión pública, especialmente en los municipios, gobernaciones y universidades; luego se considera como punto neurálgico el descenso de los precios internacionales de minerales lo que ha "desacelerado gran parte de la actividad minera" y se suma la otra causa que corresponde al atraso en la producción agropecuaria.

Tocamos el tema simplemente para reafirmar que todo lo que se produce en materia de economía está íntimamente ligado a la producción minera, de ahí que lo prudente en cuestión de incentivar el sistema productivo nacional, debe pasar por priorizar la prospección, exploración y explotación de más yacimientos de recursos naturales, el caso de los no renovables, como los hidrocarburíferos y con mayores incentivos el de la minería.

POLÍTICA MINERA

Aquí y por enésima vez reiteramos las constantes recomendaciones de los expertos en materia minera, cuando insisten en definir cuanto antes la política minera boliviana, con una ley que debe reglamentarse cuanto antes y con las medidas complementarias de un adecuado régimen tributario que constituya un buen insumo para captar inversiones y no ahuyentarlas, tomando en cuenta que en la actualidad tres países vecinos nos disputan la hegemonía minera de la región.

Hay necesidad de crear las condiciones más favorables para estabilizar la situación económica en materia de inversiones y producción minera, con seguridad aumentando volúmenes productivos en las minas y en las fundiciones, como una condición ineludible de fortalecer el sector minero y ponerlo al nivel de las inversiones y programas petroleros y gasíferos.



Medios, Agencias, PM.

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