lunes, 6 de enero de 2014

La Comibol productora

Resultó interesante el planteamiento que formuló a principios del último mes del año pasado, el gerente regional de la Comibol en Oruro, René Pimentel, al expresar su punto de vista sugiriendo que la empresa estatal minera, Comibol, pase de ser un ente meramente administrativo a una empresa productiva que pueda delinear y encarar la ejecución de muchos proyectos mineros que desde algún tiempo están simplemente en la agenda teórica administrativa.

Se habló de la reestructuración de la Comibol, incluyendo el cambio de su razón social, que seguramente consideran algunos jerarcas como elemento principal de un cambio estructural en la minera estatal cuando en realidad con el mismo denominativo lo que necesita es una transformación estructural de su sistema de funcionamiento.

Ahí justamente el delegado administrativo en Oruro tocó el meollo del asunto y con muy buen criterio propuso que la vieja Comibol pase de administradora a productora y que pueda trabajar en coordinación con los diferentes centros mineros que dependen del Estado, pero no sólo para observar cifras, sino más bien para dinamizar los proyectos desde la fase de prospección, exploración y desarrollo de explotación de nuevos yacimientos, para dirigir luego esos planes a otra instancia que debe ser la industrialización de nuestra materias primas.

Lo que se hace en la regional de Oruro es el reflejo de lo que sucede en la oficina central, capeando el temporal ante problemas económicos de algunas de las empresas, cuidando los bienes de la corporación y vigilando si todas las cooperativas están pagando el canon de alquiler asignado; aparte se encarga a una sección legal la atención de juicios laborales de trabajadores activos y los problemas de extrabajadores mineros, con lo que aparentemente queda satisfecha la obligación de servicios en una organización que en algún tiempo tuvo que ver con los planes de producción y el cumplimiento de metas, claro que esto sucedió en otros tiempos en que también se valorizó la importancia de tener un equipo profesional de alto nivel, fue un periodo corto alterado por la presión política que cambió la buena intención de dar a la Comibol la responsabilidad de manejar, dirigir y definir las líneas productivas de la gran minería boliviana.

Actualmente se presentan ciertas contradicciones en el manejo de Comibol, como por ejemplo el manejo de algunos proyectos directamente en la central de La Paz y se admite la vigencia de directorios independientes sólo para algunos centros mineros, caso de Huanuni y también Colquiri que resultan aislados de la Comibol por efecto de decretos supremos y a raíz de tales medidas se habló para otros casos de "leyes cortas", que desarticulan el sentido de unidad en la estructura empresarial y técnica administrativa que debería regir en una nueva y renovada Comibol, fundamentalmente manejada por profesionales de la materia y totalmente descentralizada para eliminar las contingencias de cualquier presión politizada que pudiera plantearse.

Esta nueva gestión debe trabajarse en reestructurar la Comibol para hacerla competitiva y dinámica, respondiendo a la expectativa de todos los bolivianos.

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