sábado, 9 de noviembre de 2013

Reto presidencial a la minería estatal

Con motivo de conmemorarse el último día de octubre pasado los 61 años de la nacionalización de la minería en un acto cumplido en presencia de muchos trabajadores mineros, el Primer Mandatario pidió mayor competitividad a las empresas mineras del Estado, apeló a la responsabilidad de los mineros para que recobren el liderazgo del sector…como en otros tiempos de la minería.

El hecho no fue casual, si bien el aniversario de la recuperación de las minas a poder del Estado fue el pretexto, saltó muy claramente el implícito reclamo por la caída productiva del distrito minero más importante del sector estatal, el caso de Huanuni que con sus 4.500 trabajadores registró, en su buen tiempo el año pasado, una utilidad de 30 millones de dólares y en la presente gestión tan sólo se registran 12 millones de dólares, suma que tendrá un mínimo incremento en los dos meses hacia fin de año.

Los informes del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) y los que maneja la Comibol, muestran el grave problema del descenso productivo y la ostensible disminución de las utilidades, atribuyéndose parte del problema en Huanuni a la prolongada huelga que efectuaron los trabajadores en el mes de mayo, que sería la causa de la fuerte pérdida que no ha podido ser compensada.

El Mandatario aprovechó la circunstancia para exhortar a los trabajadores mineros a revertir el problema, señaló que "las empresas mineras (del Estado) deben garantizar su sostenibilidad y si son sostenibles garantizan el derecho laboral y deben garantizar los ingresos para el país".

Por otra parte, el gobernante indicó que "si no se les demuestra a la población que las compañías estatales pueden dar ganancias al pueblo, el mismo pueblo no va a querer que haya más empresas del Estado".

En el proceso de las responsabilidades que se atribuye a los mineros del sector estatal, según la agencia ABI, el Mandatario apeló a la responsabilidad social de los trabajadores mineros del país para recobrar el liderazgo que tuvo el sector en el pasado como generador de divisas para el país.

Se comentó la otra opción productiva en el caso de Colquiri que con menos trabajadores logró utilidades reales y efectivas con hasta 10 millones de dólares en utilidades anuales. Colquiri también fue parte de movilizaciones sociales y se alteraron sus planes productivos con la incorporación de buen número de cooperativistas. Si bien las circunstancias difieren con Huanuni, lo rescatable es que se continuaron lineamientos técnicos de la pasada administración. Los analistas no olvidan lo que el Primer Mandatario señaló, cuando renacionalizó Colquiri, que "si no hay mejora de producción, no hay para qué nacionalizar". Una reflexión con sentido objetivo para el presente.



EL CASO COMIBOL

En el caso de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que cambiará su denominativo, emblemático en sus mejores tiempos al constituirse en la principal entidad productiva de la minería boliviana, aunque tuvo periodos muy negativos cuando se convirtió en el "botín" de gobiernos irregulares y cuando se la manejó con criterios más políticos que técnicos.

Ahora se habla de una Comibol que fijará su meta en la industrialización de la minería, aunque todavía no se conoce cuál será su nueva estructura y lineamiento de acción para alcanzar ese ambicioso proyecto de otorgarle valor agregado a la materia prima a través del proceso industrial.

El ejecutivo de la todavía Comibol, Marcelino Quispe, aseguró que "la minería seguirá siendo uno de los sectores estratégicos del desarrollo del país a través de la industrialización de los minerales".

La propuesta de conversión en el trabajo de Comibol es parte de una repetida estrategia de varias autoridades del MMM y de la propia Comibol, sin que se concreten los lineamientos planteados para hacer de la estatal minera una empresa de rendimiento técnico y altamente productivo.

Hay sin embargo un hecho que pesa sobre la Comibol y es que en su plan operativo se mantiene como factor negativo el fuerte gasto para cubrir la planilla de un numeroso personal, considerado más partidario que técnico, lo que se demuestra en la inefectiva tarea de este ente responsable de la acción operativa de la minería boliviana.

La reciente revelación del manejo económico de Comibol muestra que en el lapso de los últimos seis años, en el flujo de caja en lo que corresponde a los gastos por servicios personales, o sea la planilla de sueldos, se observa un incremento de 7,4 millones de bolivianos a 709 millones de bolivianos. La Comibol tiene más de 400 empleados administrativos, pero suma a sus gastos los trabajadores de Huanuni, Colquiri, Corocoro, entre otras.



EN BUSCA DE

SOLUCIONES

La estrategia que se adopte en el presente con relación al funcionamiento de la Comibol o lo que fuera a llamarse más adelante, tiene que ver con su futuro, pero ya no en el marco de una trillada perorata sobre cambios en los objetivos estratégicos de la empresa como tal, cuando en realidad lo que se cambia es la cabeza, repetidamente y nada que ver con la estructura técnica que debe ser la base de una nueva Comibol, competitiva y agresiva para encarar no sólo los megaproyectos mineros, sino el conjunto de las actividades de prospección, exploración, explotación y transformación industrial de nuestros minerales.

Es una tarea de titanes que, sin embargo, deben de-

sarrollar profesionales capaces de responder al reto de recuperar el liderazgo productivo nacional y aclarando que en ese proceso los trabajadores mineros son parte importante de la operación, pero será vital conformar un equipo profesional del más alto nivel, que tome responsabilidad sobre todos los planes de la minería nacional, con criterios técnicos y sin compromisos subalternos de orden político partidario como en los peores tiempos de la estatal minera, cuando predominaba la justificación de que "si nada sabe, colóquenlo en la Comibol".


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