jueves, 14 de marzo de 2013

Grave disyuntiva en futuro de cooperativas mineras

Lo que pueda presentarse más adelante con el funcionamiento adecuadamente reglamentado del sistema cooperativo nacional tendrá una prueba de fuego de manera especial en el caso del sector minero, organizado en centenares de cooperativas y con miles de afiliados, todos en pos de salvar el irrenunciable derecho a ganar trabajando con el "sudor de la frente" pero en este caso adecuándose a principios elementales del sistema, donde prevalece el sentido de espontánea decisión y en el marco colectivo de solidaridad plena.

Varias fueron las alternativas que tuvieron que sortear los trabajadores mineros en el largo proceso de cambio desde el tiempo cuya dependencia era exclusiva de los patrones conocidos como los patriarcas de la plata, y posteriormente los barones del estaño, que también soste-

nían su actividad en base a fuertes capitales aunque con una discreta presencia de los magnates en las minas donde se abrían ciertas condiciones favorables a los trabajadores y sus familias con algunas condiciones envidiables en ese tiempo para otros sectores, que no podían disfrutar de las ventajas que ofrecían las surtidas pulperías mineras.

Pero no todo se encierra en marcos muy restrictivos de ahí que después de la Guerra del Chaco se produjo un cambio social importante que tuvo su mayor impacto en el sector minero nacional, donde se incubó el sindicalismo que alcanzó su máxima expresión en el año 1944 bajo la presidencia de Gualberto Villarroel, decidido a imponer cambios sociales en el país. Así nació la histórica Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb) cuya dirección manejó los destinos del sector laboral y que se consolidó dos años luego (1946) con la revolucionaria Tesis de Pulacayo que sigue siendo un referente histórico en la vigencia del sindicalismo nacional, no sólo minero.



LO DE 1985

Muchas otras situaciones pasaron en la vida sindical del país y en las minas donde se consideraba la vigencia del bastión ideológico, material y práctico en la defensa de los derechos laborales…pero nada pudo contra la dura decisión del Gobierno en 1985, cuando se derrumbó la minería porque el precio de la libra fina descendió al piso y era imposible producir en esas condiciones.

El surgimiento de las cooperativas mineras tiene comienzo propiamente después del desbarajuste que se produjo con la caída en el precio del estaño, el cierre de la mayoría de las minas y el despido masivo de miles de trabajadores asalariados que se vieron obligados a buscar alternativas de sobrevivencia en las condiciones que estas se presentaban y que ya no podían seguir en la explotación minera, por lo menos un buen tiempo.

El desmoronamiento de la minería dispersó a miles de trabajadores, los primeros que recibieron una "suerte de indemnización" se convirtieron en trabajadores del transporte, otros muchos optaron por el comercio, algunos directamente con el contrabando y otros miles luego de algunas experiencias resolvieron agruparse o asociarse "solidariamente" y la mejor opción era el sistema cooperativo, de modo que así fue como proliferó el sistema y que en el largo periodo de su existencia ha pasado por varias y penosas circunstancias.



LOS RELOCALIZADOS

Los miles de relocalizados que en realidad fueron despedidos, unos con más beneficios y ventajas que otros, engrosaron diferentes sectores sociales, en algunos casos en condiciones de sencilla adaptabilidad, mientras que en otras situaciones ocasionaron serias distorsiones, por ejemplo en el transporte público que comenzó un crecimiento desmesurado, otro tanto sucedió con el comercio informal que hasta el presente ocupa espacios en las calles de las ciudades, en ferias y bazares en una competencia contra la legalidad.

Entonces se obliga circunstancialmente a buscar una forma legalizada de unir a los extrabajadores mineros y el cooperativismo parecería ser la mejor posición para seguir en la actividad minera, aunque hay quienes señalan con mucha propiedad que el número de cooperativistas dobla al de asalariados de la minería estatal, lo que muestra otra distorsión social, pues bajo esa situación se estaría practicando una forma muy disimulada de explotación por parte de los capitalistas del sector, que contratan personal fuera del marco legal, bajo el argumento de principios de cooperación mutua.



LOS COOPERATIVISTAS

El sector cooperativista ha mostrado su peso social que ha sido aprovechado convenientemente con perspectivas en el plano político, no hay que enfadarse por tal corriente que comenzó con cierto disimulo y que luego se asentó de manera contundente, arrancando a la principal autoridad del país una serie de medidas que configuran esa respuesta (política) a un sector que por cantidad tiene mucha importancia especialmente en el inmediato futuro eleccionario.

Los cooperativistas se favorecieron con apoyos financieros directos, en una primera instancia, cuando declinaron levemente los precios de minerales y el gobierno creó un fondo de apoyo para el sector. Se facilitó el financiamiento para la implementación de un ingenio, pero también las cooperativas pudieron abrir su propia comercializadora de minerales, sin contar otras concesiones especiales en el orden de soluciones a conflictos que se presentaron con características alarmantes, el caso de Colquiri aún latente y lo que pueda resultar en Mallku Khota.

No hay que olvidar que están en tratamiento dos normativas importantes que tienen que ver con los sectores mineros, de cooperativistas, como de asalariados, por un lado la nueva ley de minería y por el otro está en análisis el anteproyecto de la ley general de cooperativas, ésta última entregada días atrás al Órgano Legislativo. La aprobación de éste instrumento empero tendrá que servir a una adecuación formal, estructural y altamente respetuosa de los fines no sólo sectoriales y regionales, sino específicamente de cumplimiento a una doctrina internacional que rige la vida del sistema cooperativo y que por sus fines solidarios y participativos no admite cambios coyunturales.

Por esas circunstancias especiales es delicada la disyuntiva del sector del cooperativismo minero en el país. En nuestra tercera página tenemos más detalles sobre este interesante tema.

Agencia Uru – Medios

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