viernes, 28 de diciembre de 2012

Gestión Estratégica para una nueva minería (Parte tres)

Aclaración solicitada.- En ediciones pasadas del artículo "Gestión Estratégica para una Nueva Minería" del autor Dr. Ing. Osvaldo Arce Burgoa, se menciona la Superintendencia General de Minas. Actualmente la institución corresponde a la Autoridad General Jurisdiccional Administrativa Minera. (A.G.J.A.M.) Gracias el Autor.

1.2.1 Impuestos y Regalías.

Los impuestos y regalías que genera la minería deberían ser destinados a crear polos de desarrollo en las regiones mineras, generar empleos y bienestar común, reactivar las economías locales y regionales y dotar de servicios como educación, salud e infraestructura.

La Ley N° 843 de Reforma Tributaria establece que el Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE) es del 25% para todas las empresas. Por otra parte, se establece un impuesto del 12,5% denominado Impuesto sobre las Utilidades por Pago de Rentas a Beneficiarios del Exterior (IUE-BE) aplicable, entre otros, al pago de dividendos a inversionistas del exterior.

Finalmente, el sector minero está sujeto al pago del Impuesto Adicional a las Utilidades Extraordinarias (SURTAX) que consiste en aplicar el 25% a las utilidades de las empresas mineras, luego de efectuadas algunas deducciones por inversión y operación.

Recientemente, la Ley N° 3787 incrementó el IUE de las empresas mineras en un 50% a través de la Alícuota Adicional al Impuesto a las Utilidades (AA-IUE) del 12,5%.

Consecuentemente, el sector minero paga en la actualidad 37,5% por el IUE.

De lo anterior, se concluye que:

a) Con el sistema impositivo y regalitario actual, Bolivia es el país con la mayor carga impositiva del continente.

b) Los impuestos y regalías para el sector minero deberían ser razonables y competitivos internacionalmente para atraer capitales a la minería, considerando que:

1) el país es el menor receptor de inversión en minería de toda la región;

2) existe un constante incremento en los fletes marítimos, costos de transporte, de tratamiento y de refinación, equipos, insumos y materiales; y

3) es prioritario el desarrollo de una minería sustentable en el país (con responsabilidad social, ambiental y económica), lo que conlleva a gastos extraordinarios por parte del operador minero.

2.- Contribución de la Minería al desarrollo Sostenible

"El Desarrollo Sostenible implica la utilización de un enfoque integrador del desarrollo humano, que considera a la vez objetivos sociales, económicos, ambientales y de gobernabilidad". Siendo los minerales un recurso que no se renueva, el concepto de Minería Sostenible genera debate: por una parte, se niega esta posibilidad a la minería, argumentando la naturaleza no renovable del recurso y los impactos ambientales y sociales que esta actividad genera. Por otra, se asume que la minería puede ser sostenible en la medida que incorpore tres variables de sustentabilidad: crecimiento económico; protección ambiental; y equidad o justicia social.

Consecuentemente, para Bolivia, una minería sostenible significa el aprovechamiento óptimo y racional de sus recursos naturales no renovables, en términos económicos, ambientales y sociales:

• Económicos: generando rentabilidad, valor agregado, productividad y

competitividad;

• Ambientales: de manera consecuente con el Medio Ambiente; controlando las emisiones; mitigando y remediando los impactos negativos y acentuando los positivos;

• Sociales: preservando y mejorando la calidad de vida de los trabajadores;

generando una alianza estratégica con la comunidad de manera que la actividad minera contribuya al desarrollo humano de la región y del país.

En el ámbito social se propone asimismo, un proyecto de concertación que será concebido como un mecanismo de mediación, representación y negociación convocado por el Estado, que permitirá la regulación de las relaciones económico - sociales de los sectores organizados que suscriban el acuerdo.

No será un recurso improvisado para resolver conflictos coyunturales, por el contrario, proponer la regulación sistemática del conflicto social como base de una conciliación permanente de intereses genuinos.

La Minería Sostenible implica además contar con un marco regulatorio, económico y social estable, lo que permitirá promover la inversión extranjera para la ejecución de importantes proyectos mineros, convirtiendo a este sector en motor del desarrollo económico del país.

Ello requiere un cambio cultural: una actitud de los actores sectoriales que obliga a pensar no solo en la minería y sus impactos, sino en el papel de la industria en el desarrollo local y regional, en el bienestar humano. Es una visión integral de largo plazo, donde la minería, como actividad productiva, no es el fin, sino un medio para cumplir esa meta.

Al presente, debido a los factores anteriormente analizados, el sector minero boliviano, en general, no incorpora las variables mencionadas para una Minería Sostenible; lograrlas e incorporarlas, debería ser el objetivo primordial de una Política de Estado Minero – Metalúrgica. Esto implicará el requisito de concertar alianzas estratégicas entre los inversionistas y operadores mineros con las comunidades locales en procura de una mejor distribución de los costos y beneficios ambientales y socio-económicos de la actividad minera, en un marco de paz social y estabilidad jurídica.

2.1 Competitividad y productividad

Una fortaleza de la minería boliviana se sustenta en la calidad y diversidad de sus recursos naturales mineros, el potencial geológico-minero y la magnitud de sus reservas.

Sin embargo, algunas de sus debilidades más notorias, que deber ser superadas a corto plazo, son listadas a continuación:

• La minería boliviana no es competitiva a nivel internacional.

• Bolivia no está insertada a nivel internacional, lo que dificulta su conversión en una plataforma de negocios mineros a nivel mundial.

• No existe una industria minera comprometida con el desarrollo sustentable y con la protección del medio ambiente.

• Hay una escasa inversión en exploración y desarrollo minero.

• Falta de formación de recursos humanos altamente calificados.

• Altos costos de transporte de mineral, tanto nacional como internacional.

• Altos costos de tratamiento y de comercialización.

• Unidades minero – metalúrgicas y fundiciones paralizadas y en franco deterioro.

• Crisis de las instituciones estatales de apoyo y servicio al sector minero.

• Depresión económica en el occidente boliviano, región tradicionalmente minera.

• Falta de planificación, escalas operativas inadecuadas, atraso tecnológico, escasa inversión en análisis de mercado, y deficientes sistemas de organización y gestión, principalmente en la "minería artesanal".

Escasa inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). (Continuará)

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