sábado, 25 de febrero de 2012

El fenómeno del cooperativismo minero es digno de atención

Las condiciones que se han presentado en función del precio internacional de minerales ha generado un inusitado interés de miles de trabajadores mineros que han optado por el camino operativo más sencillo para convertirse en una nueva alternativa en la explotación de los recursos mineros del país, y lo hacen a través del sistema cooperativo.

Observando una serie de publicaciones sobre la actividad minera en el país no hay una sola que omita o ignore deliberadamente el crecimiento que se ha dado en el sector de las cooperativas, aunque eso si hay quienes ponen en duda el cumplimiento básico de la organización con fines solidarios y dentro de la verdadera doctrina del cooperativismo mundial. En realidad lo que sucede es que por esa vía –el cooperativismo– es más fácil la organización de grupos que además aprovechan ciertas ventajas dispuestas para ese movimiento que en el fondo tiene sentido mercantilista en pos de buenas utilidades.

Crecen las cooperativas

Datos estadísticos de las cooperativas mineras señalan que entre 1957 a 1960 no había ni una decena de cooperativas, pero a partir de entonces registró un lento ascenso por lo menos hasta 1981 cuando se produce un boom en la actividad minera que alienta el crecimiento del sector que hasta la década del 90 alcanza a casi 300 cooperativas, de entonces y 10 años después el 2000 las cooperativas no eran ni cincuenta, hasta que se presenta la alternativa de los precios internacionales que con sustanciales variantes abren nuevas opciones para los trabajadores mineros que entre el 2006 al 2010, casi un quinquenio, aprovechan al máximo la vigencia de los precios internacionales de minerales llegando a conformar más de 300 cooperativas, lo que permite establecer una sumatoria de varios quinquenios hasta sumar en el presente más 1.300 cooperativas, la mayoría de las cuales funcionan en La Paz (947), Potosí tiene 163 y en Oruro están habilitadas más de 65 cooperativas.

Los números marcan otras cifras, por ejemplo señalan que el 2008 existía un registro de más de 49 mil mineros cooperativistas cantidad que a fines del año pasado 2011 se duplica y suma más de 100 mil socios, lo que se convierte en una verdadera fuerza laboral al amparo de la extracción de minerales en diferentes lugares del país, incluyendo entre estos por ejemplo a los mineros del oro que se asientan en un borde del departamento paceño, mientras que otros mineros lo hacen en distritos que descartó la Comibol y que estos los reactivan, pero lo más importante es que por la cantidad de mineros cooperativistas estos necesitan nuevos yacimientos cuya búsqueda comienza justamente ahora bajo condiciones peculiares, que entre algunas ventajas cuenta con el apoyo del gobierno que ha dispuesto ciertos "fondos" de apoyo en circunstancia de crisis temporal por una abrupta bajada de precio en lo minerales hace algo más de un año, que además generó también la asistencia del mismo gobierno para la instalación de un ingenio y la capitalización de una comercializadora de minerales, realmente incentivos importantes para que el cooperativismo mineros se sienta fortalecido y con planes de mayor crecimiento.

Producción comparable

Si bien se pone en duda el verdadero valor de la producción de cooperativas mineras hay antecedentes muy concretos que reflejan la importancia de la generación de concentrados y por la exportación de los mismos, la obtención de regalías cuyo beneficio se divide entre el Estado y las comunidades donde se producen las operaciones mineras.

Considerando la cantidad de organizaciones cooperativas, hablando de las legalmente registradas, se tiene un dato que manejan las autoridades oficiales señalando que los mineros cooperativistas ocupan el segundo lugar en las cifras de producción minera nacional, después de la minería privada mediana pero por encima del sector minero estatal.

Tomando en cuenta el registro del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) se establece que entre el 2009 y el 2010 la producción del sector creció en más del 68 por ciento, frente a la estatal que no llegó al 50 % de incremento y el sector mediano privado que sobrepasó el 12 %. Este hecho muestra que los cooperativistas mineros alcanzaron objetivos muy importantes que se consolidan en la gestión del 2011 cuando sólo hasta el tercer trimestre (septiembre) la producción minera de las cooperativas suma más de mil millones de dólares, frente a 185 mil millones del sector estatal.

En busca de más áreas

Ya se dijo que el vertiginoso crecimiento de las cooperativas ocasionaría serios problemas al gobierno en materia de satisfacer la demanda del sector que necesita mayores yacimientos para acomodar a sus socios, pero al mismo tiempo para satisfacer las expectativas de crecimiento económico del sector, pues los cooperativistas son los propios trabajadores que perciben utilidades directas por su trabajo personal.

Frente a la demanda de más áreas laborales por parte de las cooperativas mineras el Gobierno ha emitido algunas medidas que satisfacen temporalmente la ansiedad de las empresas solidarias, por una parte la reversión de algunos centros mineros, caso de la mina Himalaya, para dar paso a cooperativistas, por otra parte su más reciente Ley que autoriza a las cooperativas mineras la posibilidad de "captar inversión privada" para encarar nuevos proyectos mineros, que sean rentables y que garanticen larga duración de operaciones.



A propósito del tema, según los expertos y analistas de la temática minera, el sector cooperativista necesita de manera urgente dirección técnica profesional para nuevos emprendimientos desde la etapa de exploración, pasando por una adecuada explotación hasta llegar a la fase de industrialización de minerales y su consiguiente exportación con valor agregado. Cumpliendo estos requisitos, y asumiendo las obligaciones tributarias pertinentes, las cooperativas mineras pueden ser el complemento ideal entre la minería privada y la estatal.

(Medios – Agencia Uru)


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