jueves, 3 de marzo de 2011

Megaproyectos tendrán prioridad el 2011

Al considerarse de manera global la atención de los megaproyectos en el presente año 2011 no debería dudarse de que la minería está inscrita en la agenda de prioridades de la gestión en curso, considerando que se vislumbran importantes opciones para arrancar en el sentido estrictamente productivo y lograr en tiempo relativamente corto la respuesta de rentabilidad que se espera luego de generar inversiones en proyectos específicos como la minería.

Si bien en el mensaje presidencial del pasado 22 se mencionaron muchas cifras, algunas correspondieron a la minería, empero no fueron suficientemente claras para saber cuáles son las perspectivas de inversión y en qué proyectos.

Por ejemplo se mencionó que “el Estado tomará control de ciertas operaciones en la minería” a través de la Comibol, tal el caso de reactivación de la planta de Karachipampa cuya operación polimetalúrgica exige de inmediato otros 20 millones de dólares que se utilizarán como gastos de operación tras el retiro de la empresa Atlas en tal proyecto.

Naturalmente que el Mutún se convierte en la expectativa de futura rentabilidad en el sector de la minería oriental. Por una parte debe lograrse recuperaciones especiales del convenio con la minera hindú Jindal Steel & Power, pero se abre otra alternativa con el anuncio de inversión estatal – que estaría plenamente confirmada - para explotar la otra mitad del yacimiento del Mutún de tal modo que en un determinado tiempo se pueda convertir el hierro explotado en todo el Mutún en acero de exportación a los mercados internacionales.

Donde se requerirá un soporte millonario, tal parece inicialmente estatal, es en el desarrollo del proyecto del litio en los salares de Coipasa y Uyuni (Oruro y Potosí) respectivamente, lugares donde se implementan plantas pilotos para el desarrollo y experimentación de nuevas fórmulas creadas por profesionales bolivianos y adecuadas a las necesidades propias de expansión tecnológica en el tratamiento inicial de la importante materia prima, hasta lograr más adelante el producto que esperan japoneses, chinos, franceses, coreanos, europeos y algunos (inversionistas) norteamericanos para encarar la gigante industria de las baterías de litio para energizar movilidades y otra variedad de insumos para celulares, instrumental médico, relojes, computadoras y otros elementos que funcionan con minúsculas, pequeñas, medianas y grandes baterías de litio.

Lo que preocupa es que en el anuncio formal – ojalá fuese por omisión – no se mencionaron planes concretos de minería, salvo los datos referenciales sobre Karachipampa o el Mutún, pero se tocaron otros puntos como hidrocarburos, electricidad, obras aeroportuarias, mecanización del agro, infraestructura vial y férrea además de otros proyectos con el fin de acelerar y mejorar la ejecución de la inversión pública de la presente gestión.

Considerando que en el último tiempo se ha demostrado el benéfico resultado de las exportaciones mineras, aún disminuidas en volumen pero igualmente de alto rendimiento gracias a los precios internacionales, es que no se entiende cuál es la demora de ciertas autoridades en la definición de la nueva Ley Minera que impulsará el crecimiento de ese sector para alcanzar objetivos muy precisos que tienen que ver con miles de fuentes de empleo, retorno de las inversiones, percepción de utilidades directas y las que corresponden al sistema impositivo y de regalías para mejorar los planes de desarrollo de los departamentos y municipios productores, aparte de sostener con un fuerte porcentaje los recursos del Erario Nacional.

Bajo esas alternativas es que se plantea con mucha preocupación una pronta definición sobre la Ley de Minería, su apropiada aplicación y por supuesto que la normativa signifique una garantía para encarar nuevos emprendimientos en un marco de plena seguridad jurídica y con adecuados incentivos.

Si se trata de una apuesta oficial a los megaproyectos en la presente gestión, no puede dudarse de un trato preferencial y exclusivo para impulsar la actividad minera en todos los subsectores que la componen. Esa sería de verdad una apuesta de ganadores.

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