jueves, 16 de julio de 2009

Entre hierro, litio, cobre y uranio

Si hay algo que muestra un futuro de grandes perspectivas indudablemente es la minería, pese a una serie de contingencias que se presentaron en reciente pasado y que aún amenazan en el presente, la esperanza nacional está bajo una clara dependencia de la actividad minera.
Hay que reconocer empero que el hecho de la dependencia financiera nacional siempre estuvo ligada estrechamente a la minería, por eso no es ninguna novedad que la explotación y comercialización de nuestros minerales siga generando la parte más importante de la torta presupuestaria, salvando el tiempo en que emerge otro recurso no renovable como el gas, pero que de todos modos compite abiertamente en el sostenimiento de nuestra economía.
De aquí adelante los proyectos en desarrollo especialmente en Potosí como los de San Cristóbal y San Bartolomé, seguirán de referentes del periodo previo a la puesta en marcha de los que ya se denominan como los mega proyectos de la minería boliviana, como el hierro, el litio y fuera del cobre el uranio.

EL MUTÚN
Si bien se trata de programas a largo plazo lo importante es que ya se adoptan las previsiones del caso para que el periodo de preparación sea relativamente corto dadas las circunstancias de imponer en nuestra República un programa de alivio económico, hasta consolidar el proyecto de desarrollo sostenible que deseamos todos los bolivianos.
El caso del Mutún ya está en marcha, se han allanado todos las trabas que impedían el inicio de operaciones y ahora la Jindal Steel está prácticamente conminada a comenzar el desarrollo de su cronograma para extraer hierro en el rico yacimiento del Mutún bajo las condiciones de “riesgo compartido” entre el Estado y la empresa india Jindal. Se trata de una inversión global superior a los 2 mil millones de dólares de los cuales se utilizarán 300 millones en los primeros cinco años del convenio y ya mueve desde su inicio un importante grupo humano de la región al que se incluye personal del occidente con buena dotación de fuentes de empleo y su beneficio multiplicador.

EL LITIO
Todo hace prever que hasta fin de año estará en funcionamiento una planta piloto para tratamiento de las salmueras del Salar de Uyuni, donde se explotará el ansiado litio para industrializarlo y convertirlo en baterías, acumuladores o pilas que proporcionen energía a los nuevos vehículos sin combustible y cubran la demanda mundial de otros requerimientos de este importante mineral
En el caso del litio se registra también un avance interesante, aunque lento en la habilitación de la planta ubicada en la Provincia Nor Lípez de Potosí y que ha sido diseñada para procesar 40 toneladas mensuales de carbonato de litio una vez que culmine su habilitación que a la fecha debe registrar algo más de un 40 por ciento de avance.
Lo importante del proyecto es que existen empresas interesadas en lograr acuerdos con el Estado boliviano, seguramente admitiendo las reglas de juego que ya fueron anticipadas y se refieren a las condiciones de “riesgo compartido” con preeminencia accionaria boliviana, ajustando los límites del convenio a intereses de previsión de nuestra riqueza y su plusvalía.
Entre las empresas que ya manifestaron su interés se cuenta a la Bolloré de Francia, las japonesas Sumitomo y la Mitsubishi, todas con la intención de una gran inversión que llegue hasta la fase de industrialización del litio.

EL COBRE
En el caso de la explotación de cobre hay que tomar en cuenta, por la importante inversión que se hará para activar la Mina de Corocoro en una provincia del Departamento de La Paz, que con este proyecto ingresan a competir los distritos occidentales de Potosí y Oruro con el Mutún en el oriente.
Estos hechos nos hacen ver que la minería se consolida como el sistema más importante de la productividad nacional y que requiere de grandes inversiones para su desarrollo, caso del cobre que demandará una inversión de 200 millones de dólares desde la fase de exploración hasta la de explotación a cargo de la empresa coreana Kores.
Las reservas de cobre en la mina de Corocoro se estiman en aproximadamente 10 millones de toneladas métricas brutas para la obtención del producto final que será el cobre electrolítico en cantidades de 30 a 50 mil toneladas anuales, lo que garantiza una recuperación segura de la inversión en la que también tiene parte el Estado nacional.

EL URANIO
Aunque todavía se registraban declaraciones contradictorias sobre la existencia de uranio en Bolivia, lo concreto es que el mineral radioactivo existe en varios yacimientos del país, pero principalmente en el sector altiplánico entre los distritos de Oruro y Potosí, situación que se puso en duda al surgir una lejana apreciación sobre dotación de uranio a Irán para impulsar su programa nuclear.
Que hay uranio en Bolivia, es un hecho innegable. En nuestra anterior edición (560) entrevistamos al geólogo René Cornejo, quien mencionó la producción de la “torta amarilla” que es un concentrado de uranio y cuyo destino no ha sido aclarado, pero nos permite establecer que en la Mina Cotaje de Potosí se trabajó en la explotación del mineral e inclusive en parte de su lixiviación.
Lo que interesa en adelante es que se defina también un programa exclusivo para encarar una prospección muy seria de yacimientos de uranio, confirmando la valoración y potencialidad de esa existencia para encarar luego el proyecto en sí que con seguridad demandará otro presupuesto millonario en el que debe pensarse como nueva inversión en minería. Esta visto que el Estado no podrá disponer de los recursos suficientes para nuevo emprendimiento, lo razonable es admitir que también se necesitarán socios estratégicos, como en los otros proyectos aunque en este caso deberán ser minuciosamente seleccionados dadas las condiciones de explotar minerales radioactivos.
En la actualidad, pese a una evasiva del sector estatal, se establece que está desarrollándose un programa de exploración en el cerro Cotaje de Potosí con el objeto de verificar la existencia de uranio y la posibilidad de su explotación que de ser evidente comenzaría el próximo año 2010. Inicialmente se confirmó que la Prefectura de la Villa Imperial dispuso un fondo superior a dos millones de bolivianos para las tareas preliminares.
Son varios los proyectos que deben desarrollarse en materia de minería, todos importantes, de largo plazo pero de grandes perspectivas, mostrando una vez más que la Providencia se encarga de hacer efectivo el uso prodigioso de los recursos naturales para beneficio de la comunidad boliviana.

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