jueves, 23 de julio de 2009

Cooperativistas mineros piden la destitución de gerente de Comibol

Representantes de las cooperativas mineras del departamento de Oruro pidieron la destitución del gerente general de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en Oruro, Florencio Choque, porque consideran que la autoridad no tiene poder de decisión para resolver los problemas del sector.

Por falta de poder de decisión

Representantes de las cooperativas mineras del departamento de Oruro pidieron la destitución del gerente general de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en Oruro, Florencio Choque, porque consideran que la autoridad no tiene poder de decisión para resolver los problemas del sector.
El voto resolutivo de los cooperativistas exige el cambio inmediato del gerente y el gerente técnico regional de Comibol Oruro, por su comprobada negligencia en la resolución de los problemas de las cooperativas mineras.
La Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin), pidió el alejamiento de Choque, al presidente de Comibol, Hugo Miranda, esperando una respuesta a su petición hasta el viernes 24 de julio, caso contrario advirtieron pedir incluso la destitución de las máxima autoridad y realizar una marcha de protesta.
El secretario General de la Fedecomin, Hipólito Rojas sostuvo que Choque no pudo resolver los problemas del sector, como los pedidos de contratos de arrendamiento, el conflicto del bombeo de las aguas ácidas en los minas de Japo, Santa Fe y Morococala y el problema de la cooperativa minera Luminosa con comunarios del sector de San Pedro.
Rojas acotó que incluso los problemas pequeños siempre van en consulta a oficinas centrales de Comibol en La Paz, provocando retraso en su solución.
De concretarse la destitución de Choque, será la segunda autoridad dependiente del Ministerio de Minería y Metalurgia, en ser removida de su cargo en menos de una semana, porque el lunes 20 de julio fue destituido el gerente de la Empresa Metalúrgica Vinto (EMV), Francisco Infantes y en su lugar fue posesionado Ramiro Villavicencio.

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