Un nuevo caso de avasallamiento de comunarios a la propiedad privada minera se registró en días anteriores en la mina aurífera Nueva Vista, el operativo tiene otras características en el modo de ocupación porque los comunarios originarios otorgaron un plazo de 24 horas para que ejecutivos y trabajadores abandonen las instalaciones mineras, advirtiendo que de no hacerlo “se atendrían a las consecuencias”.
Este problema del avasallamiento de propiedades mineras es realmente, entre muchos otros, el más complicado para el gobierno dadas las características de prepotencia, autoritarismo e inclusive violencia que muestran la imagen más dudosa de la seriedad y garantías que debe otorgar el Estado boliviano a los inversionistas.
La información sobre la mina Nueva Vista señala que los comunarios obligaron al representante legal de la empresa Jhon Kelly a firmar un documento por el que se comprometía a dejar las instalaciones auríferas en explotación en el plazo de 24 horas.
Nueva Vista operaba una mina de oro bajo concesión del Estado boliviano, por tanto reconocida por la Comibol que dicho sea de paso aún no se pronunció sobre este caso y algunos pendientes de aclaración.
El informe de la prensa cruceña añade que el documento era conminatorio al indicar que si en el plazo establecido, ejecutivos y trabajadores no dejaban la mina, los comunarios “no se responsabilizan de lo que pueda ocurrir con la integridad física del personal, ni con los equipos de la empresa minera”.
Dirigentes “originarios,” en la zona oriental, señalaron que la decisión fue asumida en nueve cabildos en los que se aprobó la conminatoria de abandono de la operación aurífera Nueva Vista. El caso es que se temía enfrentamiento entre partes ya que los trabajadores mineros reaccionaron rechazando el ultimátum de los campesinos, que justifican su medida culpando a la minera Nueva Vista de daños al medio ambiente.
No se confirmó la determinación que habría asumido el gerente John Nelly, pero la información apuntaba a un abandono antes de ser flagelados por los movimientos originarios y ante la incertidumbre de las medidas que pueda o no tomar el Gobierno para frenar los atropellos contra las operaciones mineras que significan fuentes de empleo con factor multiplicador. (CP Siglo XXI)
Este problema del avasallamiento de propiedades mineras es realmente, entre muchos otros, el más complicado para el gobierno dadas las características de prepotencia, autoritarismo e inclusive violencia que muestran la imagen más dudosa de la seriedad y garantías que debe otorgar el Estado boliviano a los inversionistas.
La información sobre la mina Nueva Vista señala que los comunarios obligaron al representante legal de la empresa Jhon Kelly a firmar un documento por el que se comprometía a dejar las instalaciones auríferas en explotación en el plazo de 24 horas.
Nueva Vista operaba una mina de oro bajo concesión del Estado boliviano, por tanto reconocida por la Comibol que dicho sea de paso aún no se pronunció sobre este caso y algunos pendientes de aclaración.
El informe de la prensa cruceña añade que el documento era conminatorio al indicar que si en el plazo establecido, ejecutivos y trabajadores no dejaban la mina, los comunarios “no se responsabilizan de lo que pueda ocurrir con la integridad física del personal, ni con los equipos de la empresa minera”.
Dirigentes “originarios,” en la zona oriental, señalaron que la decisión fue asumida en nueve cabildos en los que se aprobó la conminatoria de abandono de la operación aurífera Nueva Vista. El caso es que se temía enfrentamiento entre partes ya que los trabajadores mineros reaccionaron rechazando el ultimátum de los campesinos, que justifican su medida culpando a la minera Nueva Vista de daños al medio ambiente.
No se confirmó la determinación que habría asumido el gerente John Nelly, pero la información apuntaba a un abandono antes de ser flagelados por los movimientos originarios y ante la incertidumbre de las medidas que pueda o no tomar el Gobierno para frenar los atropellos contra las operaciones mineras que significan fuentes de empleo con factor multiplicador. (CP Siglo XXI)
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