viernes, 20 de febrero de 2009

Los lingotes de Vinto



Los lingotes de estaño de alta ley que son producidos en la Empresa Metalúrgica de Vinto – Oruro y que con su sello de calidad son requeridos en importantes mercados del exterior, son el primer producto de la minería que adquiere por su valor agregado a través de la metalurgia una importancia de primera línea, deseable también para otros minerales que al ser fundidos y comercializados en esas condiciones permitirían incrementar los ingresos que recibe el TGN y la prefectura del distrito productor. Es el caso de Oruro, donde funciona el complejo metalúrgico más importante del país.

Un informe del Ministerio de Minería y Metalurgia señala que la Metalúrgica de Vinto comercializó lingotes durante la gestión 2008 por un valor de 175 millones de dólares, apuntando un incremento de 52 millones con relación al monto recuperado del año 2007 que fue sólo de 123 millones de dólares. El Ministerio enfatiza que la Fundición de Vinto – Oruro fue nacionalizada el 9 de febrero del 2007 mediante el D.S. 29026.

Se comenta como un hecho positivo la modernización de las instalaciones técnicas del complejo Vinto con la habilitación de un horno que permitirá aumentar la producción de las toneladas métricas finas y se alcance la capacidad deseada de cerca a 40 mil toneladas anuales.

La instalación del horno complementario significó una inversión de 15 millones de dólares a través de un fideicomiso aprobado por el Ministerio de Hacienda y que sirvió también para los factores complementarios como la tecnología, el diseño de ingeniería y la habilitación misma del moderno equipo.

La Metalúrgica de Vinto avanza en la consolidación de sus actividades y está extremando recursos para cubrir la deuda que tiene con el distrito de Huanuni por 23 millones de dólares que debían pagarse a fines de enero.

Sobre lo que nadie dice nada, ni en el ministerio ni en la fundición, es si se recuperó o no un monto aproximado a 38 millones de dólares por una mala operación de compra de concentrados (2.500 toneladas) justo en un periodo en que no era prudente el almacenaje de minerales, dadas las variaciones en los precios internacionales y la segura caída de esos valores.

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