jueves, 19 de febrero de 2009

Bolivia sigue siendo un país exportador de materia prima



Los hidrocarburos y los minerales constituyen los mayores productos que vendemos al mundo, se trata de nuestros principales recursos naturales no renovables que permiten la generación de divisas para el Tesoro General de la Nación (TGN), pero también para fortalecer las cuentas prefecturales de los distritos donde se producen las operaciones extractivas.

Pese a una creciente diversificación de la oferta exportable en la que se incorporan una variedad de productos con valor agregado, todavía están muy restringidos los mercados externos para determinados productos nacionales aunque vivimos en un proceso de contradicciones particulares cuando por imitaciones políticas se toman decisiones que alteran convenios de beneficio al sistema productivo caso del ATPDEA o la caprichosa actitud de negociar como “bloque” con la Unión Europea, aún sabiendo que la CAN ha perdido fuerza.

En función a hechos definitivamente claros nuestra oferta aceptable en el exterior es la que se relaciona con materias primas, especialmente las que proceden de la minería y que en el caso del Estaño se cotiza con valor agregado cuando se trata de los finos lingotes procesados en el Complejo Metalúrgico de Oruro y en la antigua fundición privada Peró, por lo demás nuestra exportación es sólo de concentrados y aún en esa condición significa un ingreso de vital importancia para la economía nacional. En el caso de los hidrocarburos el asunto se pinta diferente pues la demanda es “decreciente”, disminuyen los cupos de Brasil y Argentina y no hay decisión de abrir un mercado potencial con Chile, por tanto nuestras exportaciones pueden reducirse y eso significará disminución en la distribución regalitaria a través del IDH.


Si no se definen políticas de alto nivel productivo para mejorar el uso de nuestras riquezas naturales, seguiremos exportando pura materia prima.Dadas las contingencias que emergen de los vaivenes financieros en las grandes potencias se hace necesaria la aplicación de políticas proteccionistas que sirvan coyunturalmente en trances como los que confronta nuestra Nación, en el caso de hidrocarburos y minerales, por caídas en precios externos y por la falta de incentivos para mejorar otros rubros de exportación masiva y con valor agregado.

En la minería faltan políticas más agresivas y más definidas que otorguen garantías para inversiones, seguridad en las concesiones y un mejor trato tributario para los productores. La riqueza está dormida y exige proyectos de exploración, prospección y explotación intensiva. Es una gran riqueza nacional.

En hidrocarburos, con lo último que aconteció, quizás convendría reiniciar la tarea de limpieza en la entidad petrolera y dotarla luego de profesionales que conozcan de la materia. Potencial hidrocarburífero tenemos, pero nos falta dirección técnica para mejorar la producción e industrializarla.

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