domingo, 26 de octubre de 2008

La crisis impacta contra el zinc, la segunda fuerza exportadora

El zinc, el segundo producto más exportado y mayor generador de mano de obra en Bolivia —unos 33.000 empleos— empezó a sentir el embate de la caída de los precios de los minerales, uno de los efectos de la crisis global.

Según el Boletín Estadístico Minero Metalúrgico, en la gestión 2007, el zinc permitió ingresos por el orden de $us 673 millones y ocupó el segundo lugar después de las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, que juntos sumaron $us 1.983 millones.

A septiembre del 2008, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el conjunto de las exportaciones llegó a $us 5.050,8 millones. Registraron una variación positiva la extracción de minerales 74,0%, seguida de los hidrocarburos 51,3%, en tercer y cuarto lugar se encuentran la agricultura y la manufactura.

El ex ministro de Minería y analista Dionisio Garzón sostuvo que “el zinc es el mineral que cuantitativamente exportamos más. (Hay) un cuarto de toneladas finas que solamente las produce la minera San Cristóbal y, si se le suma la minería chica y cooperativizada, llegamos al medio millón de toneladas finas”.

En ese sentido, dijo que “son muchos volúmenes y la caída de los precios tienen un impacto muy grande en la economía. Después del gas, el zinc es el producto de mayor importancia para la economía, tanto en volúmenes de exportación como en ingresos”.

Al ser el segundo producto más exportado, Garzón sostuvo que la cantidad de gente que depende de esta actividad es muy grande. Según el director general de Minería, Freddy Beltrán, unas 33.000 personas trabajan directamente en la producción de complejos del zinc.

Andrés Villca, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin), dijo que la mayor parte de sus afiliados se encuentra trabajando en el Cerro Rico de Potosí y también en el sur de la región, en poblaciones como Quechisla. También están en los departamentos de La Paz y Oruro y Chuquisaca.

Antes de que se anunciara la creación de un fondo de $us 5 millones para apoyar a mineros chicos y cooperativas, Villca apuntó que “si no se hace algo para enfrentar la crisis, la caída de los precios puede generar un gran conflicto social por el desempleo que, con seguridad, sería mucho más fuerte que cuando cayó el estaño y hubo la relocalización”.

Según Villca, el sector minero se estaba preparando para un ciclo de precios bajos desde el 2009 ó 2010. “Muchos cooperativistas han hecho inversiones para estar mejor, pero la caída de los precios nos está encontrando en una situación difícil”.

El ex ministro recordó que los precios de los minerales tienen ciclos. “Ojalá que esta caída en los precios sea sólo uno de esos ciclos y no una caída histórica”, porque sus efectos serán muy duros en materia económica y de empleos, dijo.

Según Garzón, el efecto de la crisis golpeará con mucho más fuerza a los mineros chicos. “Los cooperativistas tienen algunos márgenes, no pagan el impuesto a las utilidades, el surtax de 2,5% y tiene costos de producción más bajos, porque producen poco, es decir, están en una posición de subsistencia. En cambio la minería chica es las más afectada, porque genera más empleos, tiene algo más de tecnología y produce entre 50 y 100 tonelada de concentrado por día.

Ellos sufrirán más, porque tendrán poco margen para discutir precios con los comercializadores de mineral”, manifestó.

Ramiro Aguilar, presidente de la Cámara Nacional de Minería (Canalmin), sostuvo que las 3.300 pequeñas empresas existentes en el país se sienten amenazadas por la caída de los precios. Según dijo, en la historia de la minería en Bolivia se aprecia que después de la crisis del estaño, muchos se vieron obligados a migrar a concesiones de concentrados de zinc, plata y plomo. “Pero ese es un proceso muy largo que además demanda inversiones”.

Afirmó que la caída de precios causará problemas a la economía. El 2007, el zinc llegó a un máximo de $us 1,51 la libra fina y el viernes se cotizó a $us 0,48.

Mientras, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, advirtió que la crisis está golpeando con más fuerza a los productos de vanguardia y Bolivia se muestra nuevamente vulnerable a los vaivenes de los precios de las materias primas.

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