Campesinos de la región de Nor Lípez del departamento de Potosí impiden la explotación minera en la región y bajo amenazas no permiten que cooperativistas saquen el mineral extraído para su venta. Éstos piden a Comibol agilizar trámites para regular su trabajo y garantías para evitar enfrentamientos violentos.
En el tema, por una parte están involucrados mineros de la Cooperativa Chocaya Ánimas de la provincia Sud Chichas que se dedicaba hasta hace unos meses a la explotación de concentrados de plomo, plata y zinc.
Por otra parte, los comunarios que habitan en el sector de la mina Cobrizos, en donde se explota cobre, circundante a San Cristóbal, en Nor Lípez, en la que se ejecuta uno de los proyectos mineros más importantes del país.
El representante de la cooperativa, Severino Ancachi, informó a este medio que 330 mineros de Ánimas, desesperados porque desde principios de año no pueden vender sus concentrados a las comercializadoras de Oruro decidieron explotar otros yacimientos y piden el apoyo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
“Por la desesperación de no encontrar mercados para nuestro mineral los cooperativistas están buscando nuevas áreas de trabajo para diversificar su producción”, declaró a EL DIARIO el representante.
En ese propósito, grupos de avanzada de esta cooperativa llegaron hasta la mina Cobrizos, que es una de las minas más antiguas de la región, que se la explota desde hace dos siglos atrás.
El relato de Ancachi dice que desde hace un tiempo un grupo de menos de 50 mineros inició trabajos de explotación en sectores de Cobrizos, porque verificaron que pertenecen a Comibol.
El objetivo de los cooperativistas es que la estatal minera verifique si el sector donde pretenden instalarse puede ser otorgado como concesión para que la cooperativa se instale y explote cobre.
La solicitud, según Ancachi, fue presentada en mayo pasado y están a la espera de una respuesta, para lo cual la semana próxima llegarán a La Paz.
También piden que se les otorgue todas las garantías legales para que puedan sacar el mineral explotado sin que los originarios de la región cometan actos de violencia contra ellos.
El motivo de ese pedido es que el lunes pasado los cooperativistas fueron intimidados con amenazas por los campesinos de la región y faltó poco para que se iniciara un enfrentamiento violento.
“No queremos enfrentarnos con los campesinos”, afirmó el representante de la Cooperativa, pero subrayó que los socios mineros están desesperados porque por su trabajo no percibe ingresos económicos desde hace varios meses, por lo que solicitan atención de las instancias de Gobierno correspondientes.
Ese punto trae a colación otro tema: el descenso en la compra de concentrados de plomo, plata y zinc de ingenios peruanos, que en las últimas semanas prácticamente dejaron de abastecerse de la materia prima boliviana que era exportada por comercializadoras de Oruro.
Dos motivos explican la suspensión: primero que según versiones del exterior los ingenios de tratamiento de concentrados en Perú estarían completamente abarrotados de esta materia prima por lo que ya no necesitan adquirir más mineral de Bolivia; y el otro el impasse diplomático, pero éste último fue descartado por las autoridades nacionales.
En el tema, por una parte están involucrados mineros de la Cooperativa Chocaya Ánimas de la provincia Sud Chichas que se dedicaba hasta hace unos meses a la explotación de concentrados de plomo, plata y zinc.
Por otra parte, los comunarios que habitan en el sector de la mina Cobrizos, en donde se explota cobre, circundante a San Cristóbal, en Nor Lípez, en la que se ejecuta uno de los proyectos mineros más importantes del país.
El representante de la cooperativa, Severino Ancachi, informó a este medio que 330 mineros de Ánimas, desesperados porque desde principios de año no pueden vender sus concentrados a las comercializadoras de Oruro decidieron explotar otros yacimientos y piden el apoyo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
“Por la desesperación de no encontrar mercados para nuestro mineral los cooperativistas están buscando nuevas áreas de trabajo para diversificar su producción”, declaró a EL DIARIO el representante.
En ese propósito, grupos de avanzada de esta cooperativa llegaron hasta la mina Cobrizos, que es una de las minas más antiguas de la región, que se la explota desde hace dos siglos atrás.
El relato de Ancachi dice que desde hace un tiempo un grupo de menos de 50 mineros inició trabajos de explotación en sectores de Cobrizos, porque verificaron que pertenecen a Comibol.
El objetivo de los cooperativistas es que la estatal minera verifique si el sector donde pretenden instalarse puede ser otorgado como concesión para que la cooperativa se instale y explote cobre.
La solicitud, según Ancachi, fue presentada en mayo pasado y están a la espera de una respuesta, para lo cual la semana próxima llegarán a La Paz.
También piden que se les otorgue todas las garantías legales para que puedan sacar el mineral explotado sin que los originarios de la región cometan actos de violencia contra ellos.
El motivo de ese pedido es que el lunes pasado los cooperativistas fueron intimidados con amenazas por los campesinos de la región y faltó poco para que se iniciara un enfrentamiento violento.
“No queremos enfrentarnos con los campesinos”, afirmó el representante de la Cooperativa, pero subrayó que los socios mineros están desesperados porque por su trabajo no percibe ingresos económicos desde hace varios meses, por lo que solicitan atención de las instancias de Gobierno correspondientes.
Ese punto trae a colación otro tema: el descenso en la compra de concentrados de plomo, plata y zinc de ingenios peruanos, que en las últimas semanas prácticamente dejaron de abastecerse de la materia prima boliviana que era exportada por comercializadoras de Oruro.
Dos motivos explican la suspensión: primero que según versiones del exterior los ingenios de tratamiento de concentrados en Perú estarían completamente abarrotados de esta materia prima por lo que ya no necesitan adquirir más mineral de Bolivia; y el otro el impasse diplomático, pero éste último fue descartado por las autoridades nacionales.
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