La población minera en el país está comprendida en un 81 por ciento en personas que oscilan entre 19 y 50 años de edad, de acuerdo a un estudio que realizaron profesionales del área.
El ingeniero Carlos Sandy Antezana que es parte de ese grupo de estudio manifestó que los resultados que arrojó el diagnostico da a conocer algunos datos que son por demás interesantes.
“La edad de los trabajadores está comprendido entre los 19 y 50 años en un 81 por ciento; mayores a 50 años 18 por ciento y 1 por ciento menores a 18 años con presencia en las cooperativas”, afirmó.
La presencia de la mujer en promedio no supera el 2 por ciento del total de los trabajadores en las minas, sus ingresos del 80 por ciento de los trabajadores son mayores a 1.000 bolivianos.
Indicó que el estado civil de los trabajadores del subsuelo muestra que el 53 por ciento son concubinos, 32 por ciento son casados y 15 por ciento son solteros.
Sandy indicó que en promedio los trabajadores mineros tienen 6 hijos; lo más preocupante es que el nivel de formación en cuanto a educación es baja, ya que el 77 por ciento tiene formación de primaria con indicios de lectura y escritura; un 21 por ciento tiene formación secundaria.
El especialista en tema mineros indicó que en lo social, ese sector de trabajadores tiene muy pocas posibilidades de acceder a continuar sus estudios o especializarse con mayor profundidad en las tareas que realiza, tiene muy poca o casi ninguna motivación para realizar emprendimientos privados, porque sus ingresos mayormente van al consumo, no conocen sus derechos más elementales de desarrollo humano.
“Las características sociales de los trabajadores mineros es la siguiente: el 90 por ciento tienen procedencia del área rural, hablan el español el 40 por ciento, español y aymara un 25 por ciento, español y quechua un 20 por ciento y un 15 por ciento español, aymara y quechua”, aseveró.
Sandy manifestó que en general es un sector social con baja autoestima y sin ningún apoyo público organizado, que muestra las condiciones del desarrollo de la minería.
• La interesante producción en términos de valor, con relación a los años anteriores es fruto de las cotizaciones de los minerales en el mercado internacional y no fruto de las políticas que imprimen los gobiernos de turno.
• Los departamentos de Oruro y Potosí continúan como líderes en la minería a nivel nacional, pero también son líderes en la pobreza extrema.
• Los emprendimientos últimos que se realizan en minería son privados, Bolivia lastimosamente aún no cuenta con políticas de prospección y exploración minera, menos con emprendimientos en esta fase, sin embargo la política central del actual gobierno es estatizar la producción en toda su cadena.
• Para toda la cadena productiva del sector de la minería y otros, no cuenta el ministerio de Educación en la formación de mano de obra calificada, tampoco los ministerios de Minería y de Trabajo.
• No existen políticas de Estado, departamentales y municipales tendientes a encarar el problema del desarrollo humano de los trabajadores de este sector, por lo que en esos marcos es muy difícil desarrollar una minería racional y sostenible.
Llama poderosamente la atención que este sector siga produciendo en un contexto espontáneo y en el último tiempo sin dotación de ninguna seguridad jurídica.
Entonces, cuándo lograremos alcanzar los objetivos del desarrollo del milenio?, cuándo comenzaremos a superar el IDH que actualmente tenemos en especial en Oruro y Potosí?, cómo es posible perder las excelentes oportunidades que nos brinda las demandas del mercado internacional?, para cuándo se está programando la industrialización?. Cómo superaremos la preparación de recursos humanos para utilizar mejores tecnologías?, quién se dedica al desarrollo humano, de los que por diversas razones se hacen trabajadores mineros?
“Recuerdo muy bien, de esto se hablo siempre, al igual que de nuestros caminos, el desarrollo se hace con dedicación y trabajo y menos demagogia”, afirmó.
El ingeniero Carlos Sandy Antezana que es parte de ese grupo de estudio manifestó que los resultados que arrojó el diagnostico da a conocer algunos datos que son por demás interesantes.
“La edad de los trabajadores está comprendido entre los 19 y 50 años en un 81 por ciento; mayores a 50 años 18 por ciento y 1 por ciento menores a 18 años con presencia en las cooperativas”, afirmó.
La presencia de la mujer en promedio no supera el 2 por ciento del total de los trabajadores en las minas, sus ingresos del 80 por ciento de los trabajadores son mayores a 1.000 bolivianos.
Indicó que el estado civil de los trabajadores del subsuelo muestra que el 53 por ciento son concubinos, 32 por ciento son casados y 15 por ciento son solteros.
Sandy indicó que en promedio los trabajadores mineros tienen 6 hijos; lo más preocupante es que el nivel de formación en cuanto a educación es baja, ya que el 77 por ciento tiene formación de primaria con indicios de lectura y escritura; un 21 por ciento tiene formación secundaria.
El especialista en tema mineros indicó que en lo social, ese sector de trabajadores tiene muy pocas posibilidades de acceder a continuar sus estudios o especializarse con mayor profundidad en las tareas que realiza, tiene muy poca o casi ninguna motivación para realizar emprendimientos privados, porque sus ingresos mayormente van al consumo, no conocen sus derechos más elementales de desarrollo humano.
“Las características sociales de los trabajadores mineros es la siguiente: el 90 por ciento tienen procedencia del área rural, hablan el español el 40 por ciento, español y aymara un 25 por ciento, español y quechua un 20 por ciento y un 15 por ciento español, aymara y quechua”, aseveró.
Sandy manifestó que en general es un sector social con baja autoestima y sin ningún apoyo público organizado, que muestra las condiciones del desarrollo de la minería.
• La interesante producción en términos de valor, con relación a los años anteriores es fruto de las cotizaciones de los minerales en el mercado internacional y no fruto de las políticas que imprimen los gobiernos de turno.
• Los departamentos de Oruro y Potosí continúan como líderes en la minería a nivel nacional, pero también son líderes en la pobreza extrema.
• Los emprendimientos últimos que se realizan en minería son privados, Bolivia lastimosamente aún no cuenta con políticas de prospección y exploración minera, menos con emprendimientos en esta fase, sin embargo la política central del actual gobierno es estatizar la producción en toda su cadena.
• Para toda la cadena productiva del sector de la minería y otros, no cuenta el ministerio de Educación en la formación de mano de obra calificada, tampoco los ministerios de Minería y de Trabajo.
• No existen políticas de Estado, departamentales y municipales tendientes a encarar el problema del desarrollo humano de los trabajadores de este sector, por lo que en esos marcos es muy difícil desarrollar una minería racional y sostenible.
Llama poderosamente la atención que este sector siga produciendo en un contexto espontáneo y en el último tiempo sin dotación de ninguna seguridad jurídica.
Entonces, cuándo lograremos alcanzar los objetivos del desarrollo del milenio?, cuándo comenzaremos a superar el IDH que actualmente tenemos en especial en Oruro y Potosí?, cómo es posible perder las excelentes oportunidades que nos brinda las demandas del mercado internacional?, para cuándo se está programando la industrialización?. Cómo superaremos la preparación de recursos humanos para utilizar mejores tecnologías?, quién se dedica al desarrollo humano, de los que por diversas razones se hacen trabajadores mineros?
“Recuerdo muy bien, de esto se hablo siempre, al igual que de nuestros caminos, el desarrollo se hace con dedicación y trabajo y menos demagogia”, afirmó.
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